🌟 Consejo del Alma:
“Ojalá que tú quieras una vida bonita…”
Ojalá que tú quieras que tu vida sea un ratico bonito…
No solo un momento feliz ocasional, sino una existencia completa, consciente, elegida desde el alma. Porque la vida no es solo sobrevivir, ni resistir, ni cumplir expectativas ajenas. La vida es un regalo divino que se te dio para vivirla con sentido, con ternura, con plenitud, con Dios en el centro y tú en paz contigo mismo.
Ojalá que tú quieras paz.
La paz no es la ausencia de problemas, es la certeza interna de que tu alma está siendo fiel a sí misma. ¿Hace cuánto no te detienes en silencio, a escuchar lo que tu espíritu necesita? ¿Hace cuánto no dejas de pelear contigo mismo por lo que fuiste o lo que no lograste aún?
Ojalá que tú quieras amor verdadero.
Pero no el que se ruega, ni el que duele, ni el que se disfraza para llenar vacíos. Me refiero al amor que empieza por ti. El que te mira con ternura al espejo. El que te elige todos los días, incluso en tus días más oscuros. Porque el amor verdadero no lo encontrarás afuera si no lo siembras primero dentro de ti.
Ojalá que tú quieras tranquilidad.
No esa que llega solo cuando todo sale bien, sino esa que permanece aunque afuera haya caos. Esa calma que viene cuando dejas de querer controlar todo y decides confiar. Esa tranquilidad que llega cuando haces las paces con tu historia, con tus heridas, con tu ritmo.
Ojalá que tú quieras abundancia, pero de la verdadera:
Abundancia de alma, de gratitud, de salud, de oportunidades que te alinean con tu propósito. De gente bonita que te inspire, y no que te reste. Abundancia de momentos sagrados, donde lo simple se vuelve extraordinario. Porque tú mereces lo mejor, pero para recibirlo debes primero creerlo.
Ojalá que tú quieras muchísima, muchísima fe.
No una fe religiosa, sino una fe viva, íntima, real. Fe en que hay un plan divino más grande que tus miedos. Fe en que el cielo conspira contigo cuando tú decides confiar en tu luz y dejar de sabotearte. Fe en que puedes soltar ese personaje herido y empezar a ser tú, libre, completo, guiado.
Y sobre todo, ojalá que tú quieras lo bueno.
Porque a veces el alma está lista, pero tú sigues creyendo que no lo mereces. Te saboteas. Postergas. Huyes de lo que sueñas. Le haces caso al miedo, no al corazón. Ya no más. Hoy es un buen día para reconciliarte contigo, para volver a ti, para abrazarte completo.
Hoy, escúchate.
Hazle caso a tu intuición.
Hazle caso a ese susurro de Dios en tu interior que te dice:
“Sí puedes. Yo estoy contigo. Suelta el pasado. Vive bonito. Vuelve a casa.”
Porque si tú quieres…
La vida también quiere.
Y si tú eliges…
El cielo entero se alinea.
Un Almabrazo enorme para ti.
Grethel Guardia Mentora Alto Impacto
Maestra del Amor Maestra del Amor

0 comentarios